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El Proyecto Djehuty halla el ataúd y la momia con su ajuar de una joven que vivió hace 3.600 años
En el interior del ataúd descansaba la momia de una mujer de unos 15 ó 16 años con dos pendientes, dos anillos y cuatro collares, uno de ellos de gran valor
El Proyecto Djehuty, liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha hallado en la colina de Dra Abu el-Naga, en Luxor (antigua Tebas), un ataúd antropomorfo de la dinastía XVII del Antiguo Egipto (hace unos 3.600 años). En el interior descansaba sobre el costado derecho la momia de una mujer de unos 15 ó 16 años y 1,59 metros de altura con su ajuar: dos pendientes, dos anillos y cuatro collares, uno de ellos de gran valor. El hallazgo se enmarca en los trabajos de excavación llevados a cabo los pasados meses de Enero y Febrero en Luxor, durante la 19ª campaña de esta misión arqueológica.
El ataúd, de madera pintado de blanco, ha sido descubierto a unos metros del patio de entrada a la tumba-capilla de Djehuty (supervisor del Tesoro y de los trabajos artesanos de la reina Hatshepsut), junto a una pequeña capilla hecha en adobe del año 1600 a. C. El ataúd fue tallado en un solo tronco de árbol, probablemente sicomoro, y mide 1,75 m. de alto por 0,33 m. de ancho. Según los investigadores, el ataúd fue abandonado sobre el suelo por saqueadores de tumbas en época antigua. A pesar de ello, fue dejado con cierto cuidado y sin abrir.
Tras realizar una radiografía a la momia dentro de su ataúd, los arqueólogos descubrieron que llevaba dos pendientes en la oreja izquierda y dos anillos (uno en cada mano), uno de hueso y otro de vidrio azul con un engarce y un cordel alrededor del dedo. Sobre el pecho se habían colocado, formando un pequeño montón, cuatro collares de entre 61 y 70 cm. de longitud. Dos de ellos están hechos con cuentas de fayenza (un tipo de cerámica artesanal con acabado vidrioso) de distintos tonos de azul. Un tercero combina cuentas de fayenza con cuentas verdes de vidrio.
“El cuarto es el más elaborado y valioso, pues está formado por 74 piezas de distintas formas talladas en amatista, cornalina y otras piedras semipreciosas que todavía no han sido identificadas, además de vidrio, y siete amuletos de fayenza. Un halcón de ámbar, representando al dios Horus, parece haber sido la figura central, flanqueado por dos escarabeos (amuletos egipcios con forma de escarabajo pelotero). Sorprende la riqueza del ajuar para una persona tan joven y con un ataúd relativamente modesto”, destaca José Manuel Galán, investigador del CSIC en el Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo y coordinador del Proyecto Djehuty.
En la zona de la necrópolis donde se han desenterrado estos objetos se ordenó enterrar a al menos tres reyes de la dinastía XVII y, junto a ellos, a algunos miembros de sus familias y cortesanos de la época residentes en Tebas. “En el yacimiento se ha hallado hasta la fecha una docena de ataúdes dejados sobre el suelo sin protección alguna, algo inusual. Además, el porcentaje de enterramientos infantiles y mujeres es también más elevado que en otras partes de la necrópolis”, detalla Galán.
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Arañas en el arte rupestre egipcio
Hace unos 6.000 años, o puede que más, alguien grabó unos enigmáticos dibujos -que parecen arañas y telarañas- en una roca del oasis de El Jariyá (Kharga), a unos 175 kilómetros al oeste de Luxor, pero en una época remota anterior a la unificación de Egipto. «Los escarabajos y otros insectos son frecuentes en el arte egipcio antiguo, pero no así las arañas, más conocidas en el arte rupestre de la América precolombina», explica la arqueóloga Salima Ikram, de la Universidad Americana de El Cairo (AUC), a Historia National Geographic. El equipo arqueológico del proyecto North Kharga Oasis Survey, codirigido por Ikram, ha hallado recientemente el único ejemplo conocido de arte rupestre con representaciones de arañas no sólo en el Antiguo Egipto, sino también en la Antigüedad.
Aunque parece evidente que se trata de arañas (una oquedad circular que representaría el cuerpo y, a ambos lados, cuatro rayas angulosas a modo de patas), Ikram precisa que la identificación como tal es provisional. El resto de dibujos resulta más complicado de descifrar. Se aprecian conjuntos aislados de rayas y otros trazos que podrían representar telas de araña, insectos atrapados en telarañas o incluso plantas. De momento no se ha realizado ninguna datación científica de estas hendiduras, pero se ha propuesto el año 4000 a.C. como fecha probable, de acuerdo con otros indicios de actividad humana hallados en la misma área. «En este lugar han habido varios asentamientos que se remontan a los 20.000 años de antigüedad e incluso antes, durante la época de los cazadores-recolectores», asegura Ikram. Hay arañas sorprendentemente resistentes a las temperaturas extremas del desierto. ¿Por qué las representaron hace miles de años en una pared rocosa, mucho antes de que se creara la célebre simbología egipcia? ¿Acaso fue una muestra de admiración ante un insecto capaz de sobrevivir a un clima tan severo?
Historia National Geographic
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«La Momia» / «Al-Mumiya – The Night of Counting the Years»
(1969) Shady Abd El-Salam
Una de las mejores películas egipcias de todos los tiempos.
«La película de Abd El-Salam efectúa un doble viaje al pasado de Egipto. Uno al pasado reciente: «La Momia» recrea un hecho histórico de enorme trascendencia para la egiptología, el descubrimiento a finales del siglo XIX del escondrijo de Deir El-Bahari, ubicado en el Valle de los Reyes y en el que se encontraban las valiosísimas tumbas de varios faraones pertenecientes a distintas dinastías, y cuyo secreto había resguardado celosamente la familia Abd El-Rasoul, dedicándose sus miembros, durante generaciones, a vender en el mercado negro muchos de los muy preciados objetos saqueados de los sarcófagos ocultos allí, motivo por el que finalmente fueron descubiertos.
El segundo viaje es más abstracto, incluso alegórico, y es el que verdaderamente interesa a su director: el que lleva, a través de este episodio histórico, a un pasado de naturaleza mítica, incluso fundacional, como es para los egipcios el de la época faraónica. «La Momia», así, reflexiona muy elegantemente sobre la necesidad de pensar el pasado para poder vivir con mayor conciencia el presente, un discurso que afortunadamente trasciende las dimensiones localistas acerca de la historia de Egipto y acerca de la identidad colectiva del pueblo egipcio, para adquirir resonancias universales.»
José Francisco Montero
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The Giza Project at Harvard University giza.fas.harvard.edu
The Giza Project comenzó en el año 2000 en el Museo de Bellas Artes de Boston con el objetivo de digitalizar toda la documentación arqueológica de que disponía el museo acerca de la expedición en Giza (1904 – 1947) llevada a cabo por el propio museo junto con la Universidad de Harvard, para ofrecer información online disponible para todo el mundo.
Desde que se mudó a Harvard en 2011 The Giza Project ha ampliado su alcance, asociándose con otras instituciones de todo el mundo que excavaron en Giza, para reunir tantos datos como fuera posible sobre este complejo lugar. El proceso de integración y estandarización de todos estos registros está en curso.
Además The Giza Project ha utilizado esta gran cantidad de información para comenzar una reconstrucción virtual en 3D de la meseta de Giza, tal y como pudo ser cuando fue construida, proporcionando nuevas formas de hacer turismo, explorar y aprender sobre las pirámides y sus cementerios circundantes. Hasta la fecha, se han modelado aproximadamente 20 tumbas y monumentos en detalle, pero aún quedan otros muchos cientos más por realizar.
Con el apoyo de la Fundación Nacional para las Humanidades, actualmente se está desarrollando Digital Giza, un sitio web que busca integrar este entorno virtual con más de cien años de investigación académica sobre Giza, utilizando tecnología de vanguardia para estudiar el pasado lejano y preservar para el futuro el conocimiento sobre este importante patrimonio cultural. Se continuará explorando y desarrollando nuevas formas interactivas para experimentar la antigua Giza, incluyendo aplicaciones de realidad virtual y aumentada, impresión 3D de artefactos antiguos y se impulsarán iniciativas de enseñanza online.
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Marsam Hotel www.marsamhotelluxor.com
Orilla Occidental, Luxor
El hotel más antiguo de la zona y sede original de la Chicago House en 1924 (Oriental Institute, University of Chicago). En la actualidad es también la sede “oficial” del proyecto Djehuty, la misión arqueológica española en Egipto más importante de los últimos tiempos www.excavacionegipto.com
Posteriormente Sheikh Ali, descendiente de la familia Abd El Rasul, estableció el hotel en los años 40.
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La Ciudad de los Muertos, El Cairo
Ciudad de los Muertos
Como en época de los faraones, muchos egipcios visitan a sus difuntos, y durante algún tiempo incluso viven cerca de ellos, ya sea durante los fines de semana o con ocasión de determinadas fiestas. Para el islam ésta no es una costumbre demasiado ortodoxa: resulta incluso sacrílega, afirman los ulemas más rigurosos. Pero ¿cómo ir en contra de una tradición milenaria?
En Historias de nuestro barrio, Naguib Mahfuz recuerda con nostalgia tales visitas: “Los días que íbamos a visitar a los muertos se encuentran entre los más bellos de toda mi vida. La tarde del día anterior preparábamos las galletas y dátiles que nos llevaríamos. Temprano, por la mañana, nos poníamos en camino. Yo iba andando entre mi madre y mi padre llevando las palmas y la albahaca; nuestra criada nos precedía con el cesto de las ofrendas. Me encantaba el espectáculo de aquellas mareas humanas que se entrecruzaban y de las carretas aparcadas en largas hileras en los accesos al cementerio. Desde lejos reconocía el pórtico de nuestro recinto funerario, del mismo modo en que se reconoce a un amigo de antaño. Luego penetrábamos en el patio. Siempre quedaba impresionado por la majestuosidad de la tumba que se erigía, solitaria, con una imponente estela a cada lado, por el misterio que la rodeaba y por la emoción que embargaba a mi padre, sin olvidar la higuera plantada no lejos de allí. Este lugar abierto bajo el cielo me embriagaba; ya no he vuelto a conocer una alegría tal”.
Algunas verdaderas tumbas-moradas, que cuentan a veces con patio interior y varias estancias, acogen en su interior a familias del este de El Cairo desde la época de los fatimidas, en el siglo X. Según cierta creencia popular, el alma del difunto desciende el jueves para reencontrarse con sus allegados, y permanece entre ellos hasta la oración del viernes por la tarde…
La necrópolis del norte, llamada “tumbas de los califas”, acoge el magnífico mausoleo de Qaitbey, con su cúpula con arabescos esculpidos; la del sur, más vasta, está dominada por el mausoleo del imam El-Shafey, un importante lugar de peregrinaje musulmán. Otros muchos monumentos, a menudo verdaderas maravillas arquitectónicas, se levantan entre las tumbas.
Estos lugares de reposo, sin embargo, han ido cambiando poco a poco de naturaleza y de aspecto. A los sepultureros, enterradores, trabajadores de la piedra y vigilantes se han venido a añadir ciudadanos en busca de alojamiento. Algunas tumbas se han transformado en lugar permanente de residencia, mientras que otras construcciones que no cuentan con permiso alguno han ido surgiendo entre las tumbas. Una auténtica ciudad se fue constituyendo de este modo a finales del siglo XIX, y no ha dejado de crecer a lo largo del tiempo.
Pequeños comercios y talleres de artesanos surgen también sin pausa. Enterradores y sepultureros se han convertido en agentes inmobiliarios. Los niños juegan al fútbol entre las tumbas… El Estado ha favorecido, de hecho, el desarrollo de estos barrios al acercarlos al centro de la ciudad por medio de una línea de tranvías y, con posterioridad, instalando escuelas y puestos de policía. El partido gubernamental, incluso, ha instalado allí un servicio de atención permanente. Y es que se vive a veces mejor en los cementerios que en determinados barrios de El Cairo.
Los poderes públicos están comenzando, no obstante, a recuperar parte de estos espacios para instalar jardines y construir nudos de carreteras. Se ha previsto trasladar más de cien mil tumbas fuera de la capital. Tales proyectos se enfrentan a la oposición de las familias de los difuntos y, naturalmente, a los habitantes de la ciudad de los muertos: tras ser excluidos del mundo de los vivos ahora se les quiere expulsar además de los cementerios.
“Diccionario del Amante de Egipto” (2001). Robert Solé
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Gran Museo Egipcio
El GEM (Grand Egyptian Museum) abrirá por fin sus puertas en la explanada de Giza en 2020.
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