Corniche El-Nil
Grand Nile Tower Cairo, Conrad Cairo, Sofitel El-Gezirah, Cairo Marriott, Fairmont Nile City
Hoteles en El Cairo (Corniche El-Nil)
- GRAND NILE TOWER CAIRO *****
- CONRAD CAIRO *****
- SOFITEL EL-GEZIRAH *****
- CAIRO MARRIOTT *****
- FAIRMONT NILE CITY *****
GRAND NILE TOWER CAIRO *****
Corniche El Nile, Garden City, Roda Island. Cairo.
El Grand Nile Tower, situado en la isla de Roda, ofrece suites y habitaciones de lujo con vistas al río Nilo. Las habitaciones y suites del Grand Nile Tower están decoradas con elegancia y cuentan con escritorio, TV vía satélite y minibar.
Los huéspedes pueden contemplar las vistas del Nilo desde el restaurante giratorio, que ofrece comida francesa, o visitar el centro comercial y de ocio del hotel, el Galleria.
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A mediados del siglo XIII, los Mamelucos eran la fuerza más poderosa de la región y pudieron deponer a los herederos de Salah Ad-Din y reclamar la soberanía de Egipto. Se trataba de una casta temible, cuyos miembros se habían educado como guerreros y que asolaron Palestina y Siria, conformando un imperio que se extendía por el norte, hasta el este de Turquía.
De este modo, controlaban todo el comercio entre Oriente y Occidente, y con los beneficios que obtuvieron transformaron El Cairo en una de las ciudades mayores y más ricas del mundo. Se convirtió en la vía por la que pasaban las especias y sedas procedentes de China, India y Arabia, y que luego se mandaban a Florencia, Génova y Venecia, y desde allí, al resto de Europa.
Un mercader italiano, Leonardo Frescobaldi, escribión en 1384 que vivía más gente en una sola calle de El Cairo que en toda Florencia. No se dispone de cifras exactas, pero es muy probable que en aquellos momentos la ciudad llegase al medio millón de habitantes, lo cual representaba el doble de París, que era la mayor urbe europea de la época, y que a su vez tenía cinco veces el tamaño de Constantinopla.
La prosperidad de la época de los Mamelucos se refleja hoy en día en los edifios que dejaron y que representan el auge de la arquitectura musulmana en Egipto. Ésta se caracteriza por estilizados minaretes de varios pisos, cúpulas de piedra exquisitamente labradas y delicadas incrustaciones de mármol y otras piedras de colores. En El Cairo se conservan unos 200 edificios mamelucos, entre los que destacan mezquitas, palacios, fontanas e incluso un hospital fundado hace 700 años y que aún sigue en funcionamiento.
National Geographic
CONRAD CAIRO *****
1191 Corniche El Nil, Cairo.
El Conrad Cairo es un hotel de lujo de 5 estrellas, situado en el centro de El Cairo, que ofrece habitaciones de lujo con balcón privado con vistas al río Nilo. Las habitaciones del Conrad Cairo disponen de ventanas grandes, zona de estar cómoda y escritorio. Todas están equipadas con TV de pantalla plana, reproductor de DVD y conexión Wi-Fi gratuita. Hay servicio de habitaciones 24 horas todos los días.
El Conrad Cairo cuenta con 6 restaurantes que ofrecen comidas gourmet, con platos de cocina libanesa, del sudeste asiático y mediterránea, además de carnes y pescados ahumados. El Stage One es un bar salón elegante que ofrece una combinación estupenda de música y cocktails.
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El edificio que alberga el Museo de Arte Islámico pertenece a una revisitación decimonónica del estilo arquitectónico mameluco. El grueso de esta colección procede de partes y fragmentos de mezquitas y monumentos de El Cairo que se recogieron a finales del siglo XIX para evitar que los cazatesoros europeos se las llevaran. Estos objetos se almacenaron en la mezquita de Al-Hakim hasta que en 1902 se creó un museo permanente en la planta baja de lo que entonces era la Biblioteca Nacional.
Históricamente la interpretación de los preceptos coránicos que prohiben la representación de Allah condujo a los musulmanes a rechazar las formas figurativas; a cambio, desarrollaron una excepcional maestría en la geometría floral y en los diseños caligráficos aplicados en fantásticos dibujos sobre madera, metal, cristal, piedra, tejidos, cerámica, hueso y papel. Todos estos materiales se hallan representados aquí. Hay púlpitos, paneles y puertas de madera tallada; delicadas lámparas de mezquitas y fuentes de mármol de casas y palacios de la antigua ciudad islámica.
Muchas piezas del museo proceden de otras partes y llegaron hasta El Cairo sencillamente porque fue una de las ciudades más ricas del mundo. Así, en la colección se incluyen alicatados armenios y anatolios, manuscritos y alfombras persas y platos árabes pintados.
La colección también incluye una serie de insólitos frisos figurativos. Tallados en la madera hay músicos, escenas de caza e incluso hombres sirviendo vino. Se cree que fueron obra de los fatimíes, la dinastía del norte de África que gobernó Egipto entre los siglos X y XII. Los fatimíes pertenecían a la minoritaria facción de los chiítas, entre la que se desarrolló la tradición figurativa, por ejemplo en la pintura de miniaturas, algunas muestras de las cuales se exhiben en la sala de los libros.
National Geographic
SOFITEL EL-GEZIRAH *****
3 El Thawra Council St., Zamalek, Cairo.
El Sofitel Cairo El Gezirah es un hotel de lujo de 5 estrellas, con paseo privado a lo largo del Nilo y una magnífica piscina al aire libre.
Se encuentra en la isla de Zamalek, a pocos pasos de la Ópera, la Torre de El Cairo o el Museo de Antigüedades.
Todas las habitaciones del hotel disponen de aire acondicionado, TV vía satélite y conexión Wi-Fi y ofrecen vistas panorámicas al río Nilo y a la ciudad de El Cairo. El Sofitel Cairo El Gezirah cuenta con varias instalaciones de ocio, como un completo spa con una piscina, un hammam, una bañera de hidromasaje y un centro de fitness.
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El Museo Egipcio de El Cairo alberga más de ciento veinte mil reliquias y vestigios pertenecientes a todos los períodos del arte del Antiguo Egipto.
En 1858, Auguste Mariette, el arqueólogo francés fundador del Servicio de Antigüedades de Egipto, reunió bajo un solo techo el núcleo de esta colección en Bulaq. En 1878, el Museo de Bulaq se inundó y muchos de los objetos expuestos fueron destruidos o robados. Los que se salvaron fueron trasladados en 1890 a un edificio anexo del palacio de Ismail Pasha en Gizeh, hasta que en 1902 tuvo lugar la construcción del actual museo.
Desde entonces, el número de objetos expuestos ha superado el espacio previsto. Hay planes para renovar las actuales exposiciones e instalar un nuevo sistema de iluminación y aire acondicionado, así como un proyecto para la construcción de un nuevo Gran Museo Egipcio en Gizeh.
Lonely Planet
CAIRO MARRIOTT *****
16 Saray El Gezira St., Zamalek, Cairo.
La recepción, los bares y los restaurantes del hotel Cairo Marriott se encuentran en el antiguo palacio, mientras que las habitaciones están ubicadas en dos torres con vistas al Nilo, a la isla de Zamalek o a los jardines.
Lonely Planet
El Cairo Marriott se encuentra en el barrio de Zamalek, en El Cairo y ofrece habitaciones de lujo con balcón. Cuenta con piscina al aire libre, casino y 15 establecimientos de restauración. Las torres del hotel Cairo Marriot ofrecen vistas panorámicas del Nilo y a las 2 hectáreas de los jardines del palacio.
Todas las habitaciones disponen de TV vía satélite, minibar, set de té/café y elegantes baños. Algunas tienen vistas panorámicas del río Nilo.
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El jedive egipcio Ismail erigió este palacio en una isla del Nilo para alojar a la emperetriz Eugenia y su séquito cuando fue invitada de honor en la magnífica inauguración del canal de Suez en 1869.
El palacio (amueblado con antigüedades) y sus casi 2,5 hectáreas de jardines forman el núcleo del establecimiento, mientras que dos modernos edificios albergan las habitaciones, todas con vistas al Nilo.
El jardín es un excelente lugar para comer, aunque no se aloje en el hotel.
National Geographic
Pocos países tienen una capital tan poderosa: para muchas personas El Cairo es Egipto y ambos reciben el mismo nombre: Masr. Su categoría se extiende más allá de sus límites, pues para millones de hablantes de la lengua árabe, El Cairo es la capital casi mítica de su mundo.
Un cuento de Las Mil y Una Noches empieza con un grupo de hombres en una mezquita de Mosul. “Bagdad es el paraíso”, dice uno de ellos, a lo que contesta el sabio más viejo: “El Cairo es la madre del mundo (Om Ad-Dunnia)”. En la actualidad, esta madre proporciona sustento a más de 20 millones de egipcios.
Lonely Planet
FAIRMONT NILE CITY *****
Nile City Towers – 2005 B, Corniche El Nil, Ramlet Beaulac. Cairo.
El Fairmont Nile City Hotel dispone de una maravillosa terraza en la azotea con piscina y vistas espectaculares a El Cairo y las Pirámides. Este hotel de 5 estrellas se encuentra en las Nile City Towers, junto al río Nilo. Todas las habitaciones del Fairmont Nile City Hotel están insonorizadas y presentan una decoración elegante con muebles Art Déco.
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Hay pruebas arqueológicas que indican que en la zona copta de El Cairo empezó la ciudad moderna, pero las sucesivas conquistas ampliaron el centro hacia el norte hasta tal punto que el barrio copto ha quedado hoy en día en el extremo meridional, lejos del ruido. Sus murallas de piedra guardan un recinto con silenciosos callejones, antiguos lugares sagrados y un museo.
Durante algunos centenares de años, tras el declive de la antigua religión faraónica y antes de la llegada del islam, Egipto fue cristiano. Alejandría era el centro de poder y la única ciudad egipcia de importancia. El futuro El Cairo sólo era un modesto puerto fluvial que se usaba para cruzar el río desde tiempos faraónicos y como fortaleza romana, conocida como la Babilonia egipcia.
National Geographic
Galería de Fotos El Cairo
Taha Hussein (I)
Un ciego que enseña el camino sin dejar de luchar contra el oscurantismo: así podría resumirse en pocas palabras la vida ejemplar de Taha Hussein (Magaga, Minya 1889 – El Cairo 1973), inseparable de su obra.
Nada parecía predestinar a este hijo de empleado de una azucarera a convertirse en uno de los más importantes intelectuales del Egipto moderno. Nacido en el campo, en el seno de una familia humilde con trece hijos, a trescientos kilómetros al sur de El Cairo, perdió la vista a los dos años de edad, antes incluso de poder ir al kouttab (el colegio del pueblo), probablemente por culpa de un barbero que le aplicó un líquido hirviendo con el fin de curarle una oftalmía.
A los nueve años, el joven Hussein era capaz de recitar todas las suras del Corán. Gracias a los sonidos y a los olores, y recurriendo también al tacto, se hizo un mapa mental del paisaje que le rodeaba. El niño ciego descubrió así el canal, los cañaverales, se hizo amigo de los conejos… Por la noche, mientras todos dormían, él permanecía despierto, tal como lo relataría con posterioridad, en tercera persona, en Los Días (Al-Ayyam):
“Podía escuchar entonces a los gallos responderse unos a otros y cacarear a las gallinas, ingeniándoselas para distinguir entre las diversas voces. Unos eran por fortuna los gritos de los gallos, pero otros no podían ser más que los de unos affarites (demonios) que habían adoptado forma de gallo y que los imitaban para divertirse o para hacerlos caer en sus trampas. De éstos apenas se preocupaba el niño, porque podía oirlos a lo lejos. Pero otros ruidos sí que le preocupaban, identificándolos a duras penas y acongojado. De los rincones de su habitación le llegaba cierto rumor de voces bajas y ahogadas, como si se tratara del borboteo de una marmita hirviendo encima del fuego, otras veces el sonido de objetos que se desplazaban y, también, chasquidos como de leños o de maderas que se partieran (…) De este modo, la noche transcurría entre el miedo y la turbación, hasta que por fin era vencido por el sueño. Pero no por mucho tiempo. El niño se despertaba muy temprano de mañana, podría decirse incluso que bastante antes del amanecer. Se había pasado buena parte de la noche asustado, aterrorizado, espantado por los affarites. Cuando por último llegaban a sus oidos las voces de las mujeres que, una vez llenadas sus tinajas en el canal, regresaban al hogar cantando “Alá, oh noche de Alá”, sabía que el alba había llegado y que los demonios habían descendido a sus profundas moradas subterráneas.”
Con trece años fue enviado a estudiar a la universidad religiosa de Al-Azhar, en El Cairo. Para él todo esto suponía una novedad y, al principio, fue un motivo de terrible confusión. Su ceguera le hacía sentirse constantemente asediado por los obstáculos ciudadanos, y las clases eran para él un verdadero tormento, y apenas les sacaba partido. Tuvo algunos enfrentamientos con sus profesores, que le acusaban de impiedad. La creación de la Universidad Laica de El Cairo, en la cual se inscribió al mismo tiempo en 1908, supuso en esa situación un soplo de aire fresco y el comienzo de una nueva vida.
Taha Hussein estudió la obra de cierto poeta sirio del siglo XI, Abu Al-Alaa Al-Maari, ciego también y desencantado como él, con el cual se sentía identificado. Su tesis doctoral -la primera presentada sobre ese tema en Egipto- le valdría una beca para esturdiar en Francia.
El muchacho del kouttab pasaría un año en Montpellier, para después instalarse en París, por los días en que comenzaba la Primera Guerra Mundial. Tuvo que obtener un equivalente del bachillerato francés antes de licenciarse en filología clásica, latín y griego. Su tesis doctoral, presentada en la Sorbona bajo la dirección de Émile Durkheim, estaba dedicada a la filosofía social de Ibn Jaldún. En 1918 se casó con Suzanne Bresseau, su lectora de francés, prima de Michel Tournier, que se fue con él a El Cairo al año siguiente y que le acompañó hasta su muerte.
El oscurantismo no se encuentra siempre donde uno espera encontrarlo: la joven casada sería acogida con tolerancia y simpatía en el Alto Egipto por los padres de su marido. Éste enseñó historia de Grecia y después literatura árabe en la Universidad de El Cairo, y se convirtió enseguida en decano de la facultad de letras.
“Diccionario del Amante de Egipto” (2001). Robert Solé